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La migraña es un trastorno recurrente que se manifiesta con dolores de cabeza severos, unilaterales y pulsátiles. Estos dolores empeoran con la actividad diaria, duran de 4 a 72 horas y se asocian con intolerancia a la luz (fotofobia), intolerancia a los sonidos (fonofobia), náuseas y vómitos. Es una condición común y en ciertos casos incapacitante. Su costo en los Estados Unidos es de $13 mil millones anuales debido a la pérdida de días de trabajo, disminución de la productividad y una mayor utilización de los servicios médicos.
Las opciones farmacéuticas tienen limitaciones para controlar los episodios de migraña. Por ejemplo, los efectos secundarios, la eficacia limitada, las comorbilidades, las preferencias del paciente, el embarazo y la lactancia. Estas barreras explican por qué cerca de un 82% de las personas con migraña buscan otras opciones. Los factores en el estilo de vida individual pueden desencadenar o influir en la presencia de los ataques de migraña. Por lo tanto, los enfoques no farmacéuticos son clave para la prevención y el manejo efectivo de la migraña. Las principales opciones de estos tratamientos se dividen en cinco categorías:
- Masaje, quiropráctica y acupuntura
- Dispositivos: estimulación magnética transcraneal y estimulación nerviosa eléctrica transcutánea
- Prácticas mente-cuerpo: terapia cognitiva conductual, bioretroalimentación y entrenamiento de relajación
- Suplementos: MIG-99 (6.25 mg/ 3 veces al día), citrato de magnesio (400 – 600 mg diarios), riboflavina o vitamina B2 (400 mg diarios) y Coenzima Q10 (100 mg/ 3 veces al día)
- Estilo de vida: alimentación, actividad física, hidratación, higiene del sueño
Estilo de Vida
Las modificaciones en ciertos aspectos en el estilo de vida tienen efectos positivos en la frecuencia de la migraña. La alimentación saludable, hidratación constante y la higiene del sueño proporcionan la estabilidad necesaria para disminuir la probabilidad de migrañas. Los aspectos de estilo de vida en la prevención de la migraña incluyen:
- Comidas programadas regularmente, evitando perder o retrasar la hora de comer
- Hidratación de rutina durante todo el día, con agua o bebidas sin azúcar o cafeína
- Horario de sueño constante todas las noches, incluidos los fines de semana
Ciertos alimentos, dietas y ejercicio pueden desencadenar o mejorar las migrañas para algunas personas. La obesidad aumenta el riesgo de que la migraña se convierta de episódica a crónica y por regla general son comórbidas (están juntas). Otras enfermedades o condiciones subyacentes en personas con migraña son convulsiones, trastornos gastrointestinales, depresión, ansiedad e intolerancia alimentaria. Por lo tanto, una dieta saludable y actividad física regular suelen ser beneficiosas. De hecho, se ha propuesto que la migraña podría mejorarse después de reducir el peso excesivo.
Estudios recientes han demostrado que la migraña a menudo se asocia con enfermedades gastrointestinales. Se ha observado una mayor prevalencia de dolores de cabeza en pacientes con trastornos gastrointestinales. Esta asociación sugiere un posible vínculo entre la microbiota intestinal (bacterias intestinales) y la función cerebral. Además, se infiere que los probióticos pueden tener un efecto beneficioso sobre la frecuencia y la gravedad de los ataques de migraña.
Alimentos
Históricamente a los pacientes con migraña, se les proporcionan largas listas de alimentos para evitar. Por ejemplo, alimentos con tiramina, aspartamo, glutamato monosódico, chocolate, ciertos alcoholes de azúcar, entre otros. Sin embargo, el papel de los desencadenantes de la dieta en la migraña es complejo. Solo algunas personas pueden tener sensibilidad alimentaria e incluso la ingestión de un alimento precipitante no siempre desencadena en migraña. Las dietas con listas amplias de alimentos a evitar son demasiado restrictivas, crean ansiedad indebida y limitan las opciones saludables de alimentos.
Algunos estudios sugieren resultados prometedores con dietas de eliminación. En este particular, los diarios de dolor de cabeza completados cuidadosamente pueden ayudar a los pacientes a auto-identificar ciertos alimentos desencadenantes que luego pueden evitarse (o mejor, eliminarse). Se recomienda una dieta bien balanceada que evite el ayuno y se omitan comidas. El inicio de un ataque de migraña puede ocurrir después del consumo de alimentos específicos. Estos alimentos deben ser identificados y eliminados.
Resumen
- Hidrátate adecuadamente
- Realiza actividad física regular
- Reduce de peso, si estás con sobrepeso
- Lleva una alimentación saludable que nutra también a las bacterias del intestino
- Lleva un diario de ataques de migraña. Identifica los alimentos o bebidas desencadenantes y elimínalos.