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El bienestar es un proceso continuo y un viaje de toda la vida, no un evento de una sola vez. Se compone de ocho dimensiones interconectadas que te permitirán desarrollar hábitos diarios para mejorar tu calidad de vida. También te ayuda a vivir más tiempo de manera saludable, controlar las condiciones de salud presentes y recuperarte de enfermedades, lesiones o adicciones.

El modelo de bienestar fue creado por la Dra. Margaret Swarbrick, profesora e investigadora en la Universidad de Rutgers en New Jersey. El éxito del modelo es que se basa en los hábitos y rutinas diarias de las personas. Su objetivo principal es el de construir y fortalecer nuevos hábitos.

Con esta herramienta puedes identificar lo que estás haciendo y analizar cómo fortalecer tus hábitos y rutinas para alcanzar bienestar. A continuación, se describen cada una de las ocho dimensiones del bienestar enfocadas al adulto mayor.

La dimensión física consiste en reconocer la necesidad de realizar actividad física, consumir alimentos saludables y tener higiene del sueño. También, implica reconocer la importancia de la prevención de enfermedades y lesiones. Mientras qué en el caso de tenerlas, conlleva el entender el valor de manejarlas adecuadamente.

La dimensión física requiere que cuides tu cuerpo para mantenerte saludable ahora y en el futuro. De las siguientes metas para alcanzar el bienestar a través de la dimensión física, ¿cuáles estás realizando?

1. Comprender cómo funciona tu cuerpo.
2. Desarrollar actividades de ocio.
3. Sentirte cómodo con tu apariencia física.
4. Sentirte competente en actividades físicas.
5. Desarrollar hábitos saludables de alimentación. 
6. Ser responsable al tomar bebidas alcohólicas, o mejor, no tomarlas.
7. Tomar decisiones informadas sobre tu cuerpo y tu sexualidad.
8. Realizar movimientos y estiramientos con regularidad. Con el propósito de mejorar la flexibilidad, la fuerza, así como la salud aeróbica y la cardiovascular.
9. Comprender cómo la falta de sueño, el estrés y la falta de actividad afectan tu cuerpo.
10. Comprender cómo los alimentos, bebidas, drogas o medicamentos (recetados y no recetados), productos químicos, aditivos y la cafeína afectan tu cuerpo.
11. Buscar atención médica cuando es necesario por enfermedad, lesión o atención preventiva.

La dimensión espiritual se manifiesta al tener un sentido de propósito y significado en la vida, incluida la moral y la ética. Esta dimensión puede o no involucrar actividades religiosas. Evalúa cuál de las siguientes acciones relacionadas a la dimensión espiritual estás realizando.

1. Explorar tus valores personales.
2. Tomar conciencia de cómo se desarrollan y cambian tus valores a partir de las experiencias de la vida.
3. Tomar conciencia de las diferencias en los valores de los demás.
4. Buscar el significado en tu vida.
5. Desarrollar integridad actuando de manera consistente con tus valores.
6. Explorar los temas relacionados con la mortalidad, la vida y la muerte.
7. Participar en actividades que sean congruentes con tus creencias y valores. 

La dimensión social implica el desarrollo de un sentido de conexión, pertenencia y un sistema de apoyo bien desarrollado. Logras bienestar a través de esta dimensión al mantener relaciones saludables, disfrutar estar con los demás, desarrollar amistades y relaciones íntimas, preocuparte por los demás y dejar que los demás se preocupen por ti.

Autoevalúa tu dimensión social con los siguientes objetivos.

1. Desarrollar la capacidad de crear y mantener amistades cercanas.
2. Sentirte cómodo interactuando con diferentes personas, grupos y comunidades.
3. Tomar conciencia de tus responsabilidades en el bienestar de los demás.
4. Comprender y aceptar a las personas con diferente orientación sexual, identidad de género, raza, etnia, religión, nivel socioeconómico, experiencia de vida, entre otras características.
5. Comprender los conceptos de los estereotipos de roles sexuales y de género.
6. Desarrollar una “conciencia global” al reconocer la interrelación que existe entre los problemas y las necesidades culturales, globales, nacionales y de comunidad. 
7. Trabajar para convertirte en un ciudadano mundial responsable.

La dimensión intelectual involucra el reconocimiento de tus habilidades creativas y la búsqueda de formas de ampliar el conocimiento y las habilidades. Al mismo tiempo descubres tu potencial para compartir los dones con los demás. Identifica cuáles de los siguientes planes están incluidos en tu rutina diaria.

1. Esforzarte por estar abierto a nuevas experiencias e ideas en todas las áreas de tu vida.
2. Expandir la habilidad para crear, desarrollar, analizar, criticar, comprender, evaluar, predecir y resolver problemas.
3. Sentirte competente en actividades intelectuales mejorando las habilidades académicas, estudiando, administrando tu tiempo, controlando el estrés, tomando notas, escuchando y hablando en público.
4. Desarrollar amor por el aprendizaje y una filosofía para el aprendizaje permanente.
5. Responder positivamente a los desafíos intelectuales.

La dimensión emocional o mental abarca cómo haces frente con eficacia a la vida. También revisa cómo creas relaciones satisfactorias, valorando los sentimientos de los demás y sintiéndote positivo y entusiasmado por tu vida. De los siguientes pasos para alcanzar bienestar a través de la dimensión emocional, ¿cuáles estás practicando?

1. Ser más consciente de tus sentimientos y aceptarlos como indicadores válidos de lo que estás experimentando. También debes comprenderlos y respetarlos.
2. Desarrollar la capacidad de experimentar y expresar adecuadamente tus emociones. Por ejemplo, el humor, la alegría, el miedo, la ira, la frustración, el aprecio, la tristeza, entre otras. Es gestionar tus emociones de forma constructiva.
3. Desarrollar habilidades de asertividad y confrontación para manejar el estrés, las crisis, los retos y los disgustos.
4. Desarrollar sentimientos positivos acerca de ti, creando una autoestima y un concepto saludables de ti mismo.
5. Explorar y determinar tu identidad sexual.
6. Desarrollar, establecer y mantener relaciones íntimas y amorosas.

La dimensión ocupacional o vocacional se refleja cuando obtienes satisfacción personal y enriquecimiento del trabajo que haces. Puede ser remunerado o no remunerado, como tareas domésticas y voluntariado. La actividad laboral debe ser consistente con tus valores, metas y estilo de vida. Además, debe permitirte contribuir con tus dones, habilidades y talentos únicos. Evalúa cómo estás en las siguientes metas.

1. Aumentar el conocimiento de las oportunidades laborales remuneradas o no remuneradas que puedes realizar y que personalmente sean significativas y gratificantes.
2. Desafiar el rol social del sexo, género, edad y otras barreras que limiten tus opciones laborales. 
3. Explorar tus intereses, habilidades, valores y necesidades. Además de indagar en cómo se relacionan con las oportunidades laborales contemporáneas.
4. Elegir una oportunidad laboral que refleje tus valores, preferencias, intereses y habilidades.
5. Desarrollar habilidades efectivas relacionadas con el escenario laboral como la asertividad, retroalimentación, gestión del tiempo, escucha activa y motivación. 
6. Comprender que muchas personas cambian sus intereses de carrera a lo largo de sus vidas y que no hay nada incorrecto al hacerlo.

La dimensión ambiental la expresas a través de tu relación con ambientes agradables y estimulantes que apoyen tu bienestar. Esta visión implica comprender cómo los entornos sociales, naturales y construidos afectan tu salud y bienestar. Las siguientes gestiones son ejemplos que debes llevar a cabo para alcanzar bienestar en la dimensión ambiental. ¿Con cuáles te identificas?

1. Tomar conciencia de cómo te afecta el entorno externo.
2. Rediseñar tus entornos para apoyar y reforzar tus necesidades de manera más efectiva. Al mismo tiempo que eres consciente del estado inestable del planeta y los efectos de tus hábitos diarios en el entorno físico.
3. Ocuparte por el futuro de la ecología y el clima local, nacional y mundial.
4. Minimizar tu contribución a la destrucción del medio ambiente al aire libre, demostrando compromiso con un planeta saludable.

La dimensión financiera se evidencia en la satisfacción con las situaciones financieras actuales y futuras. Es la dimensión donde administras tus recursos para vivir dentro de tus posibilidades. Es decir, tomando decisiones e inversiones financieras informadas, estableciendo metas realistas y preparándote para emergencias a corto y largo plazo.

En esta dimensión eres consiente de que los valores financieros, las necesidades y las circunstancias de todos son únicas. ¿Cuál de las siguientes prácticas llevas a cabo en tu rutina diaria?

1. Aprender a controlar tus finanzas para que trabajen para ti.
2. Comprender cómo administrar un presupuesto, tarjetas de crédito, cuentas corrientes y de ahorro, inversiones, fondos de jubilación, entre otros productos financieros.
3. Manejar tus finanzas con poco o ningún estrés.
4. Establecer y progresar hacia tus objetivos a corto plazo (1 año) y largo plazo (3-5 años).
5. No gastar demasiado tiempo y esfuerzo en el manejo de tus finanzas.
6. Conocer los recursos disponibles que te ayudarán a enfrentar un problema financiero, como inseguridad alimentaria, falta de vivienda, crisis económica o gestión financiera.

Conclusión

A veces los cambios conllevan mucho tiempo o requieren varios intentos y hasta fracasos. No obstante, para el mejoramiento continuo, los intentos son sin duda valiosos. Además, un éxito casi siempre conduce a otro.

El bienestar es un proceso dinámico, cambiante y fluctuante. Es un estilo de vida, un enfoque personalizado para vivir la vida de una manera que logres convertirte en el mejor tipo de persona que tus circunstancias te permitan.

El pasado es historia; el presente y el futuro están en las elecciones que hagas hoy. No es necesario hacerlo perfecto. Solo ponlo en marcha y conviértete en la mejor persona que puedas ser.

Carmen M. Pérez Velázquez