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Las dietas yo-yo, también conocidas como ‘ciclismo de peso’, son un patrón de alimentación para perder peso, recuperarlo y luego volver a hacer dieta. Es una estrategia que hace que el peso suba y baje como un yoyo.
Hoy día muchas personas luchan por mantener un peso saludable. Algunos estudios indican que el 10% de los hombres y el 30% de las mujeres han estado en dietas yo-yo. Sin embargo, estas dietas pueden ser agotadoras tanto para el cuerpo como para la mente.
La pérdida rápida de peso con esta manera de alimentarse, exige un cambio notable de consumo de calorías. Sin embargo, las personas en estas dietas, con frecuencia toman medidas extremas en sus hábitos alimentarios. Por ejemplo, reducen drásticamente las calorías o restringen grupos completos de alimentos.
Aunque el cuerpo de cada persona es único, las fases repetidas de abundancia y escasez tienen resultados predecibles. Cuando reduces las calorías, tu cuerpo utiliza tanto las reservas de grasa como la masa muscular como combustible. Es decir, la pérdida de peso no se reduce exclusivamente a la grasa. Es probable que también estés perdiendo músculo.
Se sabe que el músculo quema más calorías que la grasa. Entonces, cuando tienes menos músculo, tu metabolismo disminuye y necesitas menos calorías para mantener tu peso actual. Si empiezas a ingerir más calorías después de perder músculo, tu cuerpo tiende a recuperar grasa con más facilidad que tejido muscular.
Nuestros cuerpos no entienden por qué tenemos o no alimentos. Nuestros cuerpos solo saben cuando obtienen suficientes nutrientes para sobrevivir. Si estás en una dieta restringida y luego comes igual que antes, tu cuerpo empezará a ahorrar todo lo que pueda, ya que no sabe cuándo volverá la comida. Tu cuerpo solo está tratando de mantenerte vivo por más tiempo y con el tiempo se vuelve más eficiente en este objetivo.
Con el tiempo, las dietas yo-yo pueden cambiar tu composición corporal con más grasa y menos músculo. Con un mayor porcentaje de grasa en tu cuerpo, mantener la pérdida de peso se volverá más difícil. Incluso, perder y recuperar libras o kilos de peso repetidamente, no le harán ningún favor a tu corazón.
Una investigación realizada por la Universidad de Columbia vincula las dietas yo-yo con mayores riesgos cardiovasculares en las mujeres. El estudio encontró que más del 70% de las mujeres encuestadas habían experimentado ciclos de pérdida de peso. El 29% de estas mujeres tenían mala salud cardiovascular, incluido un mayor Índice de Masa Corporal.
En resumen, las dietas yo-yo suelen aumentar la grasa corporal y disminuir el músculo. La ganancia de peso en grasa aumenta el riesgo de hipertensión, hígado graso y diabetes tipo 2.
Hacer pequeños cambios que sean sostenibles a través del tiempo es mejor que hacer cambios drásticos que duren poco. Los pequeños cambios no causan un efecto de rebote. Cuantas más veces hagas una dieta de yo-yo, peor quedará la salud de tu corazón. Cuida tu corazón, solo tienes uno.