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Como muchos otros eventos de la vida, la curación de heridas es un proceso. Aunque el cuerpo realiza un trabajo increíble en la curación de éstas, el tiempo no cura necesariamente todas las heridas. Si ya han pasado varias semanas y la herida no ha sanado o cicatrizado, es importante que visites a tu médico para que te indique que puedes hacer al respecto. Mientras tanto, aquí te comparto ocho razones por las cuales una herida no cicatriza.
- Infección. La piel es la primera línea de defensa del cuerpo contra las bacterias. Cuando la piel se rompe, las bacterias pueden moverse desde el exterior hacia el interior del cuerpo. Si el área de la herida se infecta, notarás enrojecimiento persistente, hinchazón, dolor y un líquido con mal color o mal olor.
- Diabetes. El nivel alto de azúcar en sangre puede afectar negativamente la circulación y el sistema inmunológico. Tener niveles altos de glucosa en sangre puede hacer que los vasos sanguíneos se contraigan, reduciendo el movimiento de la sangre a los pies y piernas. También puede dañar los nervios que dan las señales de dolor. Esto provoca más heridas simplemente porque no vas a sentir cuándo algo te está lastimando. Si observas heridas de curación lenta con regularidad, podrían ser un signo de diabetes, especialmente las heridas recurrentes en las piernas y los pies.
- Medicamentos. Diferentes medicamentos podrían ser responsables de la lenta cicatrización de las heridas. Por ejemplo, los medicamentos de quimioterapia y radiación tienen sustancias químicas que obstaculizan el sistema inmunológico, dificultando el proceso de curación. También, los antibióticos eliminan las bacterias buenas, lo que aumenta el riesgo de una herida infectada. Además, los medicamentos antiinflamatorios pueden inhibir la etapa inflamatoria que necesita el cuerpo para curar las heridas. Si sospechas que un medicamento te está causando el problema, habla con tu médico.
- Pobre circulación. Cuando nuestro cuerpo está sanando una herida, los glóbulos rojos son los que transportan nuevas células a la herida. A su vez, ayudan a formar la base para una piel nueva con colágeno. Si tienes pobre circulación, la sangre se moverá al sitio de la herida más lentamente, retrasando el proceso de curación. Es posible que tengas mala circulación debido a diabetes, obesidad, coágulos de sangre, acumulación de placas en las arterias o alguna otra condición.
- Úlceras por presión. Las úlceras de decúbito (úlceras por presión) generalmente ocurren cuando una persona está postrada o inmóvil en cama o en silla de ruedas durante largos períodos de tiempo. Por regla general se forman donde los huesos están cerca de la piel, como la espalda, las nalgas, los tobillos, los codos, los talones y las caderas. La presión puede causar diferentes niveles de llagas, que eventualmente conducen a una herida abierta e infección si no se cuida adecuadamente. Las llagas leves deben desaparecer rápidamente con movimientos regulares de esos puntos de presión. Sin embargo, las llagas moderadas o graves necesitarán tratamiento médico.
- Consumo de alcohol. El consumo excesivo de alcohol aumenta significativamente la probabilidad de heridas infectadas. El exceso de alcohol disminuye los glóbulos blancos, importantes para la defensa contra las bacterias. Es decir, inhibe el sistema inmunológico y la respuesta de curación de heridas. Si tomas bebidas alcohólicas, la cantidad diaria recomendada de alcohol es no más de 1 servicio en las mujeres y no más de dos servicios en los hombres.
- Úlceras venosas en las piernas. Este tipo de úlceras ocurren cuando una herida cicatriza lentamente. Muchas veces, las úlceras ocurren debido a la pobre circulación en las venas de las piernas. Dado que las piernas necesitan un buen empujón para que la circulación sanguínea vuelva al corazón, la sangre podría acumularse en éstas. A su vez, la presión puede debilitar la piel del área, provocando problemas con las heridas y su cicatrización. Estas úlceras a menudo ocurren en áreas con huesos como los tobillos.
- Uso de alcohol isopropílico o peróxido de hidrógeno. Usar estas sustancias químicas para limpiar una herida puede dañar el tejido y retrasar la curación. A pesar de que generalmente pueden matar los gérmenes, también matan las células de la piel. La mejor manera de limpiar una herida menor es con agua corriente fría y un jabón suave. Enjuaga la herida durante al menos cinco minutos para eliminar la suciedad, los residuos y las bacterias.
- No cubrir las heridas. Una vez que detengas el sangrado y limpies la herida, deberás aplicar un vendaje limpio. Una herida cubierta sana más eficazmente, especialmente cuando se mantiene húmeda. Esto ayuda a mantener vivas las células y reduce las posibilidades de que queden cicatrices. Las heridas descubiertas se secan con el aire promoviendo la muerte celular, no la curación. Por supuesto, cubrir una herida también tiene la ventaja de evitar que vuelvas a lesionarte la zona accidentalmente.
- Nutrición. La nutrición juega un papel importante en la rapidez con la que cicatriza una herida y la eficacia del cuerpo para combatir las infecciones. Tener una alimentación deficiente puede convertir una herida normal en una herida crónica que tal vez no mejore. A continuación, más detalles sobre la nutrición y la curación de heridas.
Recomendaciones Nutricionales
La cicatrización de heridas es un proceso complejo que se puede mejorar optimizando la nutrición. Las investigaciones sugieren que una dieta nutritiva destinada a promover la cicatrización de heridas debe incluir: calorías suficientes, hidratación, proteína adicional, vitamina A, complejo vitamínico B, vitamina C, vitamina E, hierro, vitamina K, zinc, cobre, calcio y ácidos grasos esenciales como omega-3.
La proteína ayuda a reparar el tejido dañado de las heridas. Se recomiendas de 20 a 30 gramos de proteína en cada comida y de 10 a 15 gramos de proteína en las meriendas. No es recomendable estar en dietas para reducir de peso durante el proceso de cicatrización de heridas.
Mantente adecuadamente hidratado. Sin la hidratación adecuada, las células de tu cuerpo no pueden realizar el viaje completo a través del sitio de la herida para reparar y reconstruir el tejido. En condiciones ambientales frescas, tu cuerpo requiere alrededor de 64 onzas de líquido por día. En los días calurosos, o mientras te curas de heridas rebeldes, es posible que debas consumir más líquido para evitar deshidratarte. La mayor parte de la ingesta de líquidos debe provenir de agua y otras bebidas sin azúcar añadidas, pero también puede provenir de frutas y hortalizas ricas en agua.
Carmen M. Pérez Velázquez