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Elegir entre el pescado capturado en la naturaleza y el pescado de piscicultura (cultivo) es un reto para muchos consumidores. El pescado capturado a mar abierto o silvestre es más costoso que el de cultivo, pero tiene mejor sabor y más valor nutricional. Sin embargo, con la disminución de las poblaciones de pescado silvestre, la piscicultura provee una alternativa más económica y sostenible a la pesca en mar abierto.
La mayoría de los estudios señalan que los pescados cultivados tienen más contaminantes y menos valor nutricional que los pescados silvestres. A continuación, ocho estudios científicos sobre el tema.
Estudio publicado en 2023 (volumen 39) en World Journal of Microbiology and Biotechnology
Esta revisión de literatura indica que, en la piscicultura, las infecciones resultantes de brotes de enfermedades son una gran preocupación. Los desechos que se producen y el confinamiento de los peces, aumentan el riesgo de enfermedades. Esto requiere el uso de antibióticos para contrarrestarlas, con efectos perjudiciales y graves a los peces y al ser humano. Además, está lejos de ser sostenible.
Se ha encontrado que el 80% de los antibióticos administrados a peces de cultivo se liberan al mar abierto. Esto aumenta la resistencia a antibióticos y provoca la propagación de infecciones microbianas. Otra alternativa son las vacunas, pero no son económicas. Además, requieren mucha mano de obra y no han sido desarrolladas para varios patógenos de peces. Así que al momento la mejor opción es el uso de antibióticos.
Estudio publicado en 2022 (volumen 29) en Saudi Journal of Biological Sciences
Los investigadores analizaron tres variedades de peces de carpa comúnmente comestibles (Rohu, Catla y Nile Tilapia) recolectados de estanques en Calcuta, India. El análisis de laboratorio realizado a las muestras reveló la presencia de los metales tóxicos cromo, plomo, cadmio y mercurio. Esta situación añade otra problemática a los peces de cultivo, la posibilidad de la presencia de metales tóxicos en este alimento.
Estudio publicado en 2021 (volumen 262) en Chemosphere
Los investigadores evaluaron la presencia de pesticidas agrícolas en los estanques de una piscicultura establecida en un entorno agrícola y en la muestra de peces (Piaractus mesopotamicus). Los resultados demostraron que los estanques tenían atrazina, glifosato, malatión y ácido aminometilfosfónico, pesticidas aplicados a los cultivos cercanos.
También se encontró que estos pesticidas son absorbidos por los peces, afectando su fisiología y salud. Por ejemplo, dañando su ADN y reduciendo su hemoglobina. La acumulación de residuos de pesticidas en la carne de pescado puede presentar un riesgo para los humanos.
Estudio publicado en 2020 (volumen 156) en Marine Environmental Research
Los investigadores evaluaron peces silvestres pertenecientes a cuatro especies y capturados a tres distancias (bien cerca, a 1.5 kilómetros y mayor de 5 kilómetros) de las instalaciones de una piscicultura. Se tomaron muestras de carne, cerebro, hígado y gónadas para análisis de ácidos grasos. Se encontró lo siguiente:
- Mayor acumulación de ácidos grasos de origen vegetal en la carne, cerebro, hígado y gónadas en los peces capturados cerca de las granjas marinas.
- Mayor aceleración de las etapas finales del desarrollo de ovocitos en los peces capturados cerca de las granjas marinas.
Se concluye que los peces capturados a mar abierto, pero cerca de granjas marinas tienen más grasas en diferentes órganos y las etapas finales de su desarrollo se alcanzan más rápido.
Estudio publicado en 2019 (volumen 28) en Ecotoxicology
Los investigadores evaluaron la calidad del agua en dos pisciculturas en la región de Grande Dourados, Brasil. La evaluación se realizó desde el sitio de recolección de agua hasta el sitio de eliminación de agua.
Los resultados revelaron que las muestras de agua en los tanques de eliminación tenían potencial de crear mutaciones. Sin embargo, se comprobó que la posibilidad de mutación comienza en el sitio de recolección de agua. El daño genético observado en los peces se asoció en parte a la presencia de metales y contaminantes en las muestras de agua.
Estudio publicado en 2017 (volumen 575) en The Science of the Total Environment
En este estudio se evaluó la ingesta de contaminantes a través del consumo de pescado de cultivo y el de los silvestres. Se encontraron niveles más altos de:
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos, pesticidas organoclorados y bifenilos policlorados en los pescados de cultivo.
- Plomo, níquel, arsénico y aluminio en los pescados de cultivo.
- La mayoría de los contaminantes orgánicos y muchos inorgánicos en los pescados de cultivo. Por consiguiente, si solo se consumieran pescados de cultivo los niveles de contaminantes en el cuerpo humano serían significativamente más altos.
Estudio publicado en 2012 (volumen 24) en Journal of Environmental Sciences
El estudio documentó la ocurrencia y los niveles de retardantes de llama bromados (brominated flame retardants) en los tejidos de salmón de cultivo y de salmón silvestre en el sur de Chile. Se encontraron concentraciones significativamente más altas de retardantes en el salmón cultivado (182 pg/g de peso húmedo) comparado con el salmón silvestre (120 pg/g).
Los retardantes son mezclas de sustancias químicas artificiales que se añaden a una amplia variedad de productos, para hacerlos menos inflamables. Se utilizan comúnmente en plásticos, textiles, muebles, materiales de construcción y equipos eléctricos/electrónicos. Los retardantes se han relacionado con alteraciones en el sistema endocrino y malfuncionamiento de la glándula tiroides. Las versiones nuevas de estos químicos creadas para sustituir las previas, también muestran efectos endocrinos tóxicos en humanos.
Estudio publicado en 2010 (volumen 36) en Fish Physiology and Biochemistry
Los investigadores evaluaron la composición de diversos nutrientes en la palometa plateada de cultivo y en la silvestre. Los resultados indicaron lo siguiente:
- Menos cantidad de proteínas en la palometa plateada cultivada.
- Más cantidad de grasas totales y grasas saturadas en la palometa plateada cultivada.
- Más cantidad y concentración de amino ácidos totales y esenciales en la palometa plateada silvestre.
- Más cantidad de grasas poliinsaturadas y Omega-3 en la palometa plateada silvestre.
En resumen, los peces de cultivo presentan retos significativos en la acumulación de contaminantes y pesticidas. Tienen niveles más altos de grasas, entre ellas las grasas saturadas, cambios notables en su desarrollo y menor cantidad de proteína que su contraparte silvestre. Por el momento, es mucho más saludable y seguro consumir pescado silvestre o capturado a mar abierto. Lee las etiquetas y selecciona pescados que estén rotulados como wild caught, capturado a mar abierto, capturado en la naturaleza o silvestre.